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CAMBIOS EN LA MENSTRUACIÓN DURANTE EL CONFINAMIENTO

Llevamos casi cuarenta días en casa y parece ser que nos quedan unos cuantos más. Muchas mujeres han observado desarreglos menstruales, tales como retrasos, adelantos o incluso la desaparición de la menstruación. Vamos a ver a qué se deben y qué podemos hacer para evitarlos.

El confinamiento durante la pandemia de la Covid-19 provocada por un nuevo coronavirus está teniendo muchas consecuencias, algunas no esperadas. Muchas mujeres están experimentando cambios en sus ciclos menstruales cuando, hasta ahora, estos eran regulares. El ciclo menstrual promedio dura 28 días, aunque eso depende de cada mujer, y su duración puede variar entre 21 y 35 días aproximadamente. Este suele ir en concordancia con nuestro estilo de vida, nuestras rutinas y otros factores a los que normalmente no prestamos mucha atención (tiempo de exposición solar, horas de sueño, movimiento físico…).

La cuarentena nos ha cambiado la vida. Puede que ya no nos levantemos a la misma hora, o durmamos más o menos tiempo. Ya no nos desplazamos para trabajar, por lo que no estamos al aire libre ni hacemos ese ejercicio (conducir un coche, llegar hasta el transporte público, caminar o ir en bici a la oficina son actividades físicas al fin y al cabo). Probablemente hayas alterado los horarios de tus comidas, y también tu dieta. En conclusión, tu ciclo menstrual no puede reajustarse de forma automática a tus nuevas circunstancias.

Posibles cambios que puede experimentar tu menstruación durante el confinamiento

Retrasos o adelantos. Cuando la menstruación llega varios días antes o más tarde de la fecha esperada.

Cambios en el sangrado. Si el sangrado dura más o menos días de lo habitual, o es sensiblemente más abundante o escaso.

Amenorrea o ausencia de menstruación.

Más dolor del habitual.

 

¿A qué se deben estos desarreglos menstruales?

Algunos de los motivos de que tu ciclo menstrual se haya visto trastocado pueden ser:

Estrés. Las causas para sufrir de estrés o ansiedad durante la cuarentena, seamos realistas, son numerosas. Miedo al contagio, pérdida de empleo, cuidado de los niños las 24 horas del día, incertidumbre generaliza…

Falta de exposición a la luz solar y al aire libre. El sol favorece la metabolización de la vitamina D de forma mucho más eficiente que su simple ingesta. Además, necesitamos de la luz solar para producir melatonina, la hormona del sueño. Las alteraciones consecuentes pueden influir en nuestro ciclo.

Cambios de horarios. Antes nos levantábamos a las 7, a las 13:30 comíamos, cenábamos a las 21:00 y a las 23:00 nos íbamos a dormir. Nuestro cuerpo funcionaba como un reloj en base a estas costumbres. Hemos roto rutinas de un día para otro. Nuestros ciclos no se adaptan tan rápido.

Falta de ejercicio. Aunque no practiques deporte, tu día a día es exigente. Caminar, conducir, levantarse cada cierto tiempo en la oficina, las tareas del hogar, ir a mirar tiendas, pasear… Estas actividades cotidianas “mueven” tu organismo. En muchos casos, durante el confinamiento, nos movemos de la silla al sofá.

Dieta alterada. Que somos lo que comemos es mucho más que una frase hecha. Hay quien ha mejorado su alimentación estos días, ya que antes comía fuera de casa y ahora se ve obligado a cocinar. O, por el contrario, quien ha caído en la pereza y tira más de precocinados que nunca. En cualquier caso, los cambios en la dieta (incluso si son positivos) requieren un tiempo de “reajuste”.

 

¿Qué puedo hacer para evitar cambios en mi ciclo menstrual durante la cuarentena?

Aquí van una serie de consejos sencillos que no sólo contribuirán a evitar cambios en tu menstruación, sino también a mejorar tu ánimo y preservar tu salud.

Muévete. Camina por el pasillo o el salón, busca en Youtube “Iniciación al yoga”, haz sentadillas… ¡Que tu sangre circule! Esto no solo ayuda a compensar tus actividades cotidianas anteriores, sino que también mejora tu estado anímico. Y que vivan las endorfinas.

Imita tu rutina anterior. Nuestros ritmos marcan nuestros ciclos. Procura llevar los mismos horarios de sueño y comidas que cumplías antes del confinamiento. Si no es posible porque tus ocupaciones han cambiado, crea nuevos horarios y cúmplelos cada día. Si hay una cosa peor que cambiar tu rutina es no adoptar ninguna.

Duerme lo que necesites, ni más ni menos. Y procura, de nuevo, la regularidad en tus horarios de sueño.

– Cuida tu alimentación. Si tu menstruación se ha visto alterada, procura evitar ciertos alimentos como lácteos, embutidos o un exceso de sal. Y no olvides optar por lo fresco y lo integral.

Toma el sol en la medida de tus posibilidades. Si tienes la suerte de contar con una terraza o jardín, sal a pasear. Tu balcón o ventana pueden servir: exponte a la luz solar 20 minutos al día.

– Cuando los dolores se salgan de lo habitual o tu menstruación haya desaparecido, contacta con un médico. Si prefieres no acudir a las consultas, llama por teléfono. La mayoría de clínicas y centros de atención se han adaptado a esta nueva realidad y ofrecen atención telefónica.

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